No toda la fauna africana es carnívora y nacida para cazar. Grandes animales que radican en suelos de dicho continente se alimentan de nutrientes ligeros como lo es la vegetación. Elefantes, rinocerontes y jirafas son mamíferos monumentales y todos ellos se basan en una dieta cuya base principal es la hierba. ¿No es increíble?
Las jirafas forman parte de esos animales de gran tamaño que no necesitan proteína de la carne para sobrevivir. A ellos les basta con ingerir lo que la misma tierra les ofrece en su medio natural.
Su alargado cuello les facilita alcanzar las hojas altas de los árboles de hasta 5 metros de alto, algo que ningún otro animal puede lograr, a excepción del elefante que con ayuda de su trompa podría llegar a tales alturas. Esto es una gran ventaja para las jirafas, pues no compiten para alimentarse.
Su alargado cuello les facilita alcanzar las hojas altas de los árboles de hasta 5 metros de alto.
Su alimento favorito es la acacia, un género de árboles y arbustos que abundan en su entorno, pero también se abastecen de hierbas, frutos, semillas y hojas de más de 100 tipos de plantas, dependiendo de la temporada. Cuando se encuentran bajo estrés mastican la corteza de las ramas.
Como dijimos al inicio, las jirafas no son especies que se organicen para vigilar víctimas, perseguirlas y capturarlas con el fin de alimentarse de su carne, pero sí se ha observado que algunos individuos lamen cadáveres con restos de carne seca y mastican pequeños huesos secos por su alto contenido de calcio.
Durante los meses de lluvias comen plantas de hoja caduca y durante la estación seca las plantas de hoja perenne son más consumidas. Comen diariamente entre 34 y 75 kg de vegetación todos los días.
Comen diariamente entre 34 y 75 kg de vegetación todos los días.
Los arbustos y árboles de acacias africanas son espinosos, pero con ayuda de su lengua logran sujetar las hojas sin lastimarse, ya que tal músculo prensil de alrededor de 45 cm de largo está provisto de pequeñas papilas al igual que la boca, lo que ayuda a amortiguar los elementos punzocortantes de árboles y arbustos. De igual forma su saliva pegajosa y espesa recubre las espinas que podrían tragar, de tal manera que no corren peligro de dañar algún órgano interno de su cuerpo.
Son animales rumiantes, pues poseen un estómago con cuatro cámaras que realiza un proceso digestivo de manera distinta a otros mamíferos. Primero mastican un poco las hojas, tallos o lo que esté dentro de la boca antes de tragarlo, después digieren parcialmente los alimentos y luego las regurgitan para ser nuevamente masticadas.
Durante la estación lluviosa, obtienen mucha agua de las hojas que consumen, pero en las épocas secas beben 38 litros de líquido cada tres días. Tomar agua para las jirafas implica todo un reto; las crías o miembros jóvenes no tienen tanto problema, ya que pueden doblar sus patas delanteras de manera que queden a un ángulo aproximado de 90 grados o separarlas solo algunos centímetros, pero las jirafas adultas más altas requieren una separación mucho mayor de las patas delanteras, mientras las traseras se mantienen en posición normal para amortiguar el equilibrio. Pareciera que están a punto de quebrarse, pero esta parte del cuerpo de las jirafas presume de ser muy fuerte y resistente.
En temporadas secas beben 38 litros de líquido cada tres días.
Esa posición es una desventaja, pues representa una vulnerabilidad muy alta que los depredadores suelen aprovechar. Los cocodrilos escondidos bajo el agua salen de manera sorpresiva impidiendo que la jirafa reponga su posición y escape, y por el lado terrestre, su cuello queda casi al ras del suelo, algo que los felinos al acecho toman como una buena oportunidad. Es por ello que las jirafas observan a su alrededor antes de agacharse a beber y se turnan para vigilarse mutuamente.
En los parques zoológicos son alimentadas con hojas de acacia que son colocadas en árboles artificiales para que ellas realicen las hazañas naturales de alcanzar su comida. También se alimentan de zanahorias y heno.